América Latina ha enfrentado durante décadas el desafío de lidiar con grupos criminales que operan en la región. Estos grupos no solo afectan la seguridad pública, sino que también tienen un impacto significativo en la economía y la política. A continuación, analizamos algunos de los grupos criminales más peligrosos de América Latina, su historia, modus operandi y el impacto que tienen en la sociedad.

Cártel de Sinaloa

El Cártel de Sinaloa es uno de los grupos criminales más notorios y poderosos de México. Fundado en la década de 1980, este cártel ha sido dirigido por figuras como Joaquín “El Chapo” Guzmán. El Cártel de Sinaloa se dedica principalmente al tráfico de drogas, incluyendo cocaína, marihuana, metanfetaminas y heroína.

Este grupo criminal ha extendido sus operaciones a nivel internacional, estableciendo redes de distribución en Estados Unidos, Europa y Asia. Según informes de la DEA, el Cártel de Sinaloa controla entre el 40% y el 60% del mercado de drogas en México. La violencia y la corrupción son métodos comunes utilizados por el cártel para mantener su poder e influencia.

Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)

El CJNG es otro grupo criminal mexicano que ha ganado notoriedad en los últimos años. Fundado en 2010, este cártel es conocido por su extrema violencia y capacidad logística. El CJNG es responsable de numerosos actos de violencia, incluyendo asesinatos de funcionarios públicos y ataques a fuerzas de seguridad.

El CJNG ha expandido rápidamente su influencia, convirtiéndose en uno de los principales actores en el tráfico de drogas en México. En 2021, se estimaba que este cártel operaba en al menos 25 estados mexicanos y tenía presencia en más de una docena de países. La competencia entre el CJNG y otros cárteles ha contribuido al aumento de la violencia en México.

Primeiro Comando da Capital (PCC)

El PCC es una organización criminal brasileña que tiene su origen en las prisiones de São Paulo. Fundado en 1993, el PCC se ha convertido en uno de los grupos criminales más poderosos de Brasil. Esta organización controla gran parte del tráfico de drogas en el país y está involucrada en una amplia gama de actividades ilícitas, incluyendo el tráfico de armas y el lavado de dinero.

El PCC también es conocido por su capacidad para organizar motines y protestas dentro de las prisiones, lo que demuestra su influencia en el sistema penitenciario brasileño. Se estima que el PCC tiene más de 20,000 miembros activos y controla rutas de tráfico de drogas que se extienden desde Brasil hasta otros países sudamericanos.

Maras Salvatruchas (MS-13)

La MS-13, también conocida como Mara Salvatrucha, es una pandilla transnacional con origen en Los Ángeles, California, durante la década de 1980. Sus miembros son principalmente salvadoreños, y la pandilla se ha expandido a países como El Salvador, Honduras y Guatemala. La MS-13 es conocida por su brutalidad y sus actividades delictivas, que incluyen asesinatos, extorsión, tráfico de drogas y tráfico de personas.

En 2021, se estimaba que la MS-13 tenía entre 50,000 y 70,000 miembros en todo el mundo. Esta pandilla ha sido un factor importante en la crisis de violencia que afecta a los países del Triángulo Norte de Centroamérica. Las políticas de deportación y represión en Estados Unidos y otros países han contribuido a la expansión de la MS-13 en la región.

El Tren de Aragua

El Tren de Aragua es una organización criminal venezolana que ha ganado notoriedad en los últimos años. Originaria del estado de Aragua, esta organización se dedica al tráfico de drogas, extorsión, secuestro y otras actividades delictivas. El Tren de Aragua ha expandido sus operaciones más allá de las fronteras venezolanas, teniendo presencia en países como Colombia, Perú y Chile.

Este grupo criminal ha aprovechado la crisis económica y social en Venezuela para consolidar su poder e influencia. Se estima que el Tren de Aragua cuenta con miles de miembros y ha establecido una red de aliados y colaboradores en diferentes países sudamericanos.

Conclusiones

Los grupos criminales en América Latina representan una amenaza significativa para la seguridad y la estabilidad de la región. Estos grupos no solo están involucrados en actividades delictivas como el tráfico de drogas y la extorsión, sino que también tienen un impacto profundo en las economías y las sociedades locales. La lucha contra estos grupos requiere una cooperación internacional y estrategias integrales que aborden tanto la represión del crimen como las causas subyacentes de la delincuencia.

Las estadísticas y los datos presentados en este artículo destacan la magnitud del problema y la necesidad de soluciones efectivas. Solo a través de un enfoque coordinado y sostenible se podrá enfrentar y mitigar el impacto de estos peligrosos grupos criminales en América Latina.